viernes, marzo 30, 2007

Cutty Sark y White Label


Noche de whiskies (muchos, demasiados) con lobo de mar y chico malo. Añoraba estar con los dos juntos, menudo par.
"¿Te he dicho ya lo sexy que estás esta noche?"
Lobo de mar nunca dejará de sorprenderme. De mayor quiero ser como él.

sábado, marzo 24, 2007

Appassionato

~¡Dale! ¡Dale! ¡Rubato! ¡Más rubato! ¡Me cago en la hostia!
-¡Hago lo que puedo director del demonio!
~¡Esos cellos! ¡Más marcato! ¡Parecéis unas monjas! ¡Los de viento madera! ¡Os estáis quedando dormidos!
-¡Te vas a enterar hijo de la grandísima puta!
~¡Más! ¡¡Máaas!! ¡Estáis interpretando la Caída al Infierno, no la Ascensión de la Virgen! ¡Los fagotes! ¡Tenéis que entrar con la misma intensidad que la percusión!
-¡Soplamos lo más fuerte que podemos!
~¡Violas! ¡Appassionato! ¡Appassionato! ¡Más vibrato joderrr!
-¡Nos vas a matar!
~¡Sentid el Fuego Eterno del Infierno maldita sea! ¡¡Sentidlo!! ¡Sois las Hordas de Satanás, tenéis que ser temibles! ¡Desgarrad vuestra alma en cada una de las notas!
-¡No siento los dedos!
~¡Sí! ¡Sí! ¡Así! ¡¡Así!! ¡Ahora viene el tutti, preparaos todos! ¡Fortissimo! ¡Quiero que me dejéis sordo!
Y la orquesta entera se fundió en una gran bacanal de notas infernales, graves con agudos, séptimas y novenas, arpegios ascendentes y descendentes seguían el ritmo vertiginoso de la batuta, los timbales golpeaban furiosamente, las trompetas y los violines lanzaban ensordecedoras segundas, y por fin, la extática y delirante conclusión de la obra. El público conmocionado, tardó en reaccionar, pero al cabo de un rato se convirtió en una masa enfervorecida que gritaba y aplaudía enloquecidamente. Nadie supo cómo empezó aquello, tal vez estuvieran todos hechizados bajo el influjo del fragor de las notas infernales; la gente, fuera de sí, empezo a rasgarse sus vestiduras: el marido fornicaba cual bestia en celo con el señor de al lado, su mujer gritaba en medio de espasmos mientras el joven de su izquierda le mordía salvajemente los pezones, toda la sala se llenó de gemidos, de cuerpos sudorosos sobre las butacas, en el suelo, detrás de las cortinas, grupos de tres personas, de cuatro, vírgenes que cabalgaban sobre desconocidos, viejecitas con los ojos a punto de salirse de las órbitas.
El director se volvió hacia los exhaustos instrumentistas:
~Gracias, ha sido un placer dirigiros, podéis iros a descansar, habéis hecho un buen trabajo.

P.S.: divertimento sobre la marcha, no sabía que el público iba a acabar así xD

martes, marzo 13, 2007

Cirujano.

Recuerdo la noche de verano en que nos conocimos, era tarde y tú trabajabas al día siguiente, pero me invitaste a un té. Empezamos a jugar con fuego, alternando conversaciones paralelas y miradas salvajes, y me sentí aturdida por mi desacostumbrado atrevimiento. Agarraba la taza entre mis manos con cierto nerviosismo para evitar tu demoledora mirada. Tú sabías que bebía para apartar los ojos y sonreías divertido; yo sabía que tú sabías que yo sabía y eso me gustaba.

Una fuerza irracional hacía que nos sintiéramos irremediablemente atraídos, y en esos momentos me maldije, porque de repente SUPE que acabaría enamorándome de ti, no se trataba un flechazo. Aún no nos habíamos dado nuestro primer beso. Es absurdo pretender que uno puede saber estas cosas cuando acaba de conocer a alguien, pero así fue y nunca lo llegué a comprender. Me maldije internamente una y otra vez mientras me clavabas tu verde mirada. Porque no quería enamorarme, porque sí quería enamorarme, porque no quería que acabara doliendo, como siempre acaban doliendo estas cosas.
Pasaron los meses y no me equivoqué, sucedió lo que desde el primer día intuí inevitable... y fue muy bonito.
Y ahora, simplemente... duele.

Me gustaría poder ser como tú cuando te pones los guantes de cirujano y cortas limpia y eficientemente aquello que está fuera de su sitio y hace daño. Eres expeditivo, brutal y directo. ¿Cómo lo haces? ¿Cómo te has hecho? Quisiera ser capaz de poder hacer lo mismo, pero no puedo, yo no tengo esa fuerza sanguinaria que tienes para soportar el precio que pagas apartando de cuajo en tu vida a las personas que te importan y quieres, debe de ser duro hacerlo, y no sé si te admiro por esto o todo lo contrario, la carga debe de ser muy pesada por dentro aunque te muestres indolente, pero así es como haces las cosas y eres totalmente consecuente con tus decisiones. A mí me costará más tiempo dejarte atrás.

Recuerdo esa noche en la que ebrios los dos, engañamos al taxista fingiendo no saber hablar español, las copas que nos hemos tomado mientras deseábamos besarnos y no lo hacíamos, las veces que me cogías de la mano por la calle y a mí me daba vergüenza, tu sonrisa cuando te regalé aquel muñeco, esos 3 días que no nos vimos y se nos hicieron eternos, tus llamadas inesperadas para invitarme a comer fuera, las croquetas que me preparaste una madrugada por excederme con el alcohol, tu desgarrador abrazo mientras me susurrabas aquellas cosas, tus "¿qué voy a hacer contigo?", tus "¿qué piensas?", el gato que iba a ser para los dos.

Todo esto quedará atrás. Quedarán atrás los silencios en los que yo mentía y tú lo sabías, aquellos silencios en los que tú mentías descaradamente y yo lo intuía. Maldigo aquella vez en que te dije lo más bonito que te dijeron en la vida estropeándolo con una broma por no saber asumir que realmente te quería. Maldigo todas esas oportunidades perdidas, porque ahora te diría todas y cada una de las palabras que me callé.

Pero ya es demasiado tarde y ya nada de esto importa, porque ahora ya sólo soy parte de tu pasado, y... maldita sea, dentro de un tiempo, tú también lo serás del mío.

Hasta siempre.

ML