Estaba releyendo hace un rato este blog, y cuanto más leía, más... desconcertada me sentía.
No me reconozco en la persona que fue llenando estas páginas durante tanto tiempo, y, si he de ser sincera, me ha causado una repulsión muy honda releerme.
El shock ha sido incomprensible para mí, quien muchas veces ha presumido de conocerse demasiado. Se ve que el tiempo y la distancia ponen las cosas en su lugar.
Me siguen fascinando los conceptos de: "Al otro lado del espejo", "El Estigma de Caín" y "Sat Nam"... pero este sitio ya no lo siento mío. Ni siquiera me da pena dejarlo.
Supongo que como pasa con los hijos, este lugar al que tuve bastante cariño ha adquirido una identidad tan propia y tan escindida de mí, que ya es hora de dejarlo marchar. Sin más pena ni gloria. Tal cual. No entraba dentro de mis planes pero así está siendo.
Y para no dilatarme más en esta despedida que en absoluto pretende ser ñoña...
Fue un placer estar con vosotros,
Sat Nam.
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